viernes, 23 de abril de 2010



Puede haber varios motivos. Tal vez una causa sea la exageración de un aspecto accidental. Ejemplos:
Discriminación racista: se exagera la importancia del color de la piel.
Discriminación nacionalista: se acentúa la importancia de haber nacido en un determinado lugar.
Discriminación cualitativa: entre un recién nacido y un embrión hay diferencias pero no tantas como para matarlo (aborto). Entre un enfermo y un sano hay distinciones pero no exageremos (eutanasia).

Las raíces de la discriminación
No cabe duda de que el racismo y la xenofobia son problemas graves que tienen planteados en la actualidad Europa y España. Pero si el racismo es discriminación por raza y xenofobia es discriminación por nacionalidad, el obligado debate será sobre la discriminación. Recomendar que no se ejerciten comportamientos racistas es una falacia, que cuando procede de quienes ostentan el poder se convierte en un claro ejercicio de hipocresía, por ser ellos los responsables de la Ley de Extranjería, y adquiere tintes de grave irresponsabilidad porque al obviar los restantes modos de discriminación los perpetúan, sabedores de que las recomendaciones no modifican los comportamientos.

La discriminación es una situación en la que una persona o grupo es tratada de forma desfavorable a causa de prejuicios, generalmente por pertenecer a una categoría social distinta; debe distinguirse de la discriminación positiva (que supone diferenciación y reconocimiento). Entre esas categorías se encuentran la raza, la orientación sexual, la religión, el rango socioeconómico, la edad y la discapacidad. Existe una amplia legislación contra la discriminación en materia de igualdad de oportunidades de empleo, vivienda y bienes y servicios.